Es un texto que busca
sustentar y probar una propuesta personal sobre un tema abierto a debate. Por
tanto, constituye un ejercicio crítico que demuestra la habilidad del autor
para tomar una posición respecto a un problema teórico/práctico y plantear una
solución o interpretación. Lo anterior implica que el texto argumentativo
intenta convencer o persuadir al lector.
Elementos
fundamentales del texto argumentativo:
La
TESIS: es la proposición que encierra la propuesta del autor; puede manifestarse
de manera explícita en un periodo o plantearse de manera implícita (el lector
tiene que inferirla).
Es importante no confundir la TESIS con el TEMA del
texto, para ello, recuerde que el tema es el contenido o la problemática que
enmarca el texto, mientras que la tesis es una propuesta específica y subjetiva
que se hace al respecto. Por ejemplo, podemos hablar del tema de “la libertad”,
concepto amplio que suscita muchos debates y análisis. Para desarrollar un texto argumentativo sobre ese tema (general),
hemos de plantear una propuesta subjetiva (particular) como: “la libertad no es
un derecho, sino un privilegio que se gana con responsabilidad”.

MARCO
TEÓRICO: la argumentación, en el ámbito académico, requiere un sustento teórico
que la respalde, especialmente si pretende aportar a la investigación y al
análisis en una disciplina. Esto implica reconocer que toda propuesta debe presentarse
inscrita en una corriente teórica que la valide; necesitamos demostrar que hemos leído y conocemos el tema ampliamente. Es preciso, entonces, vincular nuestros planteamientos
con otros precedentes y demostrar que estamos ofreciendo un aporte. De lo contrario,
la propuesta no pasará de ser una opinión sin fundamentos.
Estructura
del texto argumentativo
1.La INTRODUCCIÓN es la parte que abre el
texto argumentativo. En ella se consigna información como:
- Tema del texto descrito dentro del contexto que abordaremos.
- Tesis derivada del tema.
- Objetivo del texto (¿para qué planteamos esa tesis?)
- Descripción general del desarrollo del texto.
- Si se trata de un texto extenso y complejo (como un artículo académico), es recomendable, dentro de la introducción, hacer una presentación del marco teórico a partir del cual se desarrollará la argumentación, de esta manera, el lector conocerá los conceptos claves y el enfoque teórico que encontrará (y, de no conocerlos, podrá consultarlos antes de adentrarse en el texto).

3.La CONCLUSIÓN contiene la culminación
del texto y la última oportunidad para persuadir al lector de manera
contundente. Por tanto, implica hacer un breve recuento del hilo argumentativo
que hemos desarrollado para conectarlo directamente con la tesis. Tenga
presente que no se trata de repetir los argumentos, sino de resumirlos de
manera articulada para que conduzcan sin equívoco a la tesis.
La conclusión también es la oportunidad para hacer
una reflexión general acerca del tema que se ha abordado y sobre cómo la tesis que
propusimos representa un aporte al mismo. En otras palabras, nos permite hacer
una autoevaluación de los alcances de nuestro trabajo.
Recomendaciones
generales:
- Delimitar rigurosamente la tesis (no proponer más de lo que se puede desarrollar).
- Usar argumentos claros y bien desarrollados.
- Partir de premisas fiables y concretas.
- Organizar los argumentos de manera estratégica, respetando las secuencias y, en lo posible, llevándolos de menor a mayor relevancia.
- Utilizar un léxico específico, concreto, claro y con términos consistentes.
- Utilizar ejemplos, contrastes, analogías para argumentos sólidos.
- Utilizar fuentes bibliográficas confiables y de autoridad.
- Utilizar argumentos lógicos, deductivos y de contraste.
La
argumentación
La argumentación es el
desarrollo de las ideas que prueban nuestra tesis. Dichas ideas deben estar muy
bien definidas y delimitadas, es decir, se deben identificar y diferenciar
claramente, pues de lo contrario parecerá que sólo proponemos un argumento sustentado de diferentes maneras. Existen
varios métodos para sustentar nuestra posición, a continuación señalamos algunos
de los más usados:

Por
otra parte, las citas de autoridades también se pueden usar para marcar una
oposición cuando nuestra propuesta implica refutar otros planteamientos. En ese
caso, es indispensable asegurarnos de conocer con precisión aquello que
pretendemos criticar.
-A
la hora de argumentar, es importante tener presente la lógica de Aristóteles y
sus silogismos, pues nos conducirán a propuestas más sólidas. El silogismo es
una forma de razonamiento en la que una conclusión se deriva directamente de su
relación con dos premisas precedentes. Por ejemplo, podemos enunciar:
Premisa 1: Todos
los seres humanos tienen derecho a la libertad.
Premisa 2: Las
personas de piel negra son seres humanos.
Conclusión: Las
personas de piel negra tienen derecho a la libertad.

Al argumentar de
acuerdo a este esquema, es útil distinguir dos posibles procesos: la deducción
y la inducción.
Deducción:
como en el ejemplo, anterior, en la deducción la conclusión se deriva
claramente de una cadena de premisas; es un razonamiento que va de lo general a
lo particular (ej.: Todos los hombres son mortales. Sócrates es un hombre. Por lo tanto, Sócrates es un mortal).
Inducción: en este razonamiento se parte de premisas particulares para llegar a una posible conclusión, a manera de predicción (siempre ha llovido en septiembre. La próxima semana será septiembre. Por lo tanto, la próxima semana lloverá).
Inducción: en este razonamiento se parte de premisas particulares para llegar a una posible conclusión, a manera de predicción (siempre ha llovido en septiembre. La próxima semana será septiembre. Por lo tanto, la próxima semana lloverá).
-Argumentos
por analogía: se recurre a un caso precedente cuyas características favorecen
nuestra argumentación para sustentarla. Por ejemplo, si estoy argumentando en
contra de la discriminación de las personas homosexuales, puedo comparar su
situación con la vivida por las comunidades de ascendencia africana e incluso con la de las mujeres en épocas
pasadas, resaltando los logros alcanzados en los casos citados.

-Argumentos
por definición: esta argumentación parte de principios aceptados por la
sociedad, generalmente derivados de aportes de las distintas ciencias. Por
ejemplo, si usted va a debatir en contra del aborto, proponiendo que se trata
del asesinato de un ser humano, puede recurrir a investigaciones científicas
que indiquen en qué punto se puede hablar de que dicho ser ya está
biológicamente constituido como tal.
-Argumentos
por ejemplificación: consiste en sustentar una posición a través de la
ilustración con casos particulares, anécdotas, hechos, etc. Al usar este tipo
de argumentación es preciso saber que no cualquier ejemplo puede resultar pertinente
y relevante, por lo que es necesario tener presente que:
•El
ejemplo debe corresponder directamente a la situación que se busca ilustrar.
•A
mayor cantidad de ejemplos, más fuerte será nuestro argumento.
•Lo
ejemplos deben ser específicos y claramente identificables.
•La
existencia de contra-ejemplos relevantes, específicos y claramente
identificables debilitan el argumento.
-Conceder
y refutar: a la hora de argumentar es importante conocer los debates que
suscita el tema que abordamos y las posiciones contrarias a la nuestra para
aprender a dialogar con ellas. Un argumento cerrado, que no reconoce otras
posturas, se arriesga a parecer dogmático. Al contrario, el análisis de tales
posturas nos puede servir para evaluar su baja viabilidad en comparación con la
nuestra.
-El
contraargumento: dentro del esquema de conceder y refutar, resulta útil
adelantarse a las objeciones que se han planteado o que se podrían plantear a
nuestros argumentos. De esta manera, podemos ofrecer una evaluación de las
falencias de esa objeción para invalidarla y volver a validar la nuestra.
Falacias
(Tomado de Las claves de la
argumentación de Anthony Weston)
En contraposición a las
estrategias de argumentación recomendadas, existen otras que encierran errores
o persiguen fines falsos, a éstas se les denomina falacias. No obstante, valga
aclarar que, en rigor, se denomina falacia al razonamiento aparentemente
válido cuya conclusión no se desprende
de las premisas. El término proviene del latín «fallatia», que significa
engaño, y se emplea como sinónimo de sofisma, palabra que acuñaron los griegos
para designar al argumento engañoso.
-Generalización:
consiste en extraer conclusiones de una muestra demasiado pequeña, por ejemplo,
si en Colombia se han gestado poderosos carteles del narcotráfico, asumo que
todos los colombianos son narcotraficantes o están vinculados con las drogas.
-Olvido de alternativas: esta argumentación asume que si
hay una relación entre los sucesos A y B es porque A causa B, olvidando que B
podría causar A; alguna otra cosa podría causar ambos, A y B; A puede causar B, y B puede causar A, o A y
B pueden no estar causalmente relacionados.
Estas explicaciones alternativas pueden ser olvidadas si usted acepta la
primera explicación que se le ocurra. No se precipite, usualmente hay muchas
más explicaciones alternativas de las que piensa.
Por ejemplo, en la
afirmación:
“Una buena manera de
evitar el divorcio es tener sexo con frecuencia, porque las estadísticas
muestran que los esposos que tienen sexo frecuentemente, rara vez piden el
divorcio.”
Se ha descuidado que:
Aunque tener sexo
frecuentemente está correlacionado con permanecer casado, también puede ser que
permanecer casado conduzca a tener sexo frecuentemente; o que alguna otra cosa
(¡amor y deseo!) causa tener sexo frecuentemente y permanecer casado; o que
cada uno causa lo otro. O posiblemente, tener sexo y permanecer casado no son
sucesos causalmente relacionados.
-Ad
ignorantiam (apelar a la ignorancia): argüir que una
afirmación es verdadera solamente porque no se ha demostrado que es falsa. Un
ejemplo clásico lo constituye la siguiente declaración del senador Joseph
McCarthy cuando interrogado acerca de la prueba que sustentaba su acusación de
que cierta persona era un comunista dijo:
“No
tengo mucha información sobre esto, excepto la declaración general de la
Oficina de que nada hay en el expediente para refutar sus conexiones
comunistas.”
Este
es un ejemplo extremo de «argumentar» a partir de una información
incompleta: aquí simplemente no hay ninguna información.
-Ad
misericordiam (apelar a la piedad): apelar a la piedad
como un argumento en favor de un trato especial:
Sé
que he suspendido todos los exámenes, pero si no apruebo este curso, tendré que
repetirlo en una escuela de verano. ¡Usted tiene que dejarme aprobar!
-Ad
populum: apelar a las emociones de una multitud. También,
apelar a una persona que «se comporta» como la multitud. Verbigracia: «Todo el
mundo lo hace.» Ad populum es un buen ejemplo de un mal argumento
basado en una autoridad: no se ofrece ninguna razón para mostrar que «todo el
mundo» es una fuente bien informada o imparcial.
-Ambigüedad:
usar
una palabra simple o una afirmación que pueden ser interpretadas en más de un
sentido.
-Composición:
asumir
que un todo debe tener las propiedades de sus partes. Por ejemplo, «dado que
los miembros del equipo son atletas magníficos, el equipo debe ser un equipo
magnífico». Incluso atletas magníficos pueden tener poco talento para cooperar
en un equipo. Opuesto a la falacia de la división.
-Definición
persuasiva: definir
un término de tal manera que parezca neutral, pero que de hecho es sutilmente
emotivo, por ejemplo: Ambrose Bierce, en su The Devils Dictionary, define
«fe» como «creencia sin pruebas en lo que está diciendo una persona que habla
sin conocimiento, de cosas inauditas». Las definiciones persuasivas pueden
tener también una carga emotiva positiva, por ejemplo: definir «conservador»
como «alguien con una opinión realista de los límites humanos».
-Descalificar
la fuente: usar lenguaje emotivo para
menospreciar un argumento incluso antes de mencionarlo:
“Confío
en que usted no se haya dejado engañar por aquellos pocos intransigentes,
quienes todavía no han pasado la edad de la superstición que...”
Más sutil:
Ninguna persona razonable piensa que...
-División:
asumir
que las partes de un todo deben tener las propiedades de un todo. Verbigracia:
«Dado que es un equipo magnífico, los miembros del equipo deben ser atletas
magníficos.» Un grupo de jugadores pueden cooperar eficazmente sin ser
individualmente jugadores destacados. Opuesto a la falacia de la composición.
-Falso
dilema: reducir las opciones que se analizan sólo a dos, a
menudo drásticamente opuestas e injustas para la persona contra quien se expone
el dilema. Por ejemplo, «Estados Unidos: ámalo o déjalo». El siguiente es un
ejemplo más sutil extraído de un trabajo de un estudiante: «Dado que el
universo no podría haberse creado de la nada, debe haber sido creado por una
fuerza viva inteligente...» ¿Es la creación por una fuerza viva inteligente la única
otra posibilidad? Argüir a partir de un falso dilema es, a veces, una
manera de no jugar limpio; obviamente, también olvida alternativas.
-Hombre
de paja: caricaturizar la opinión de un oponente de manera
tal que resulte fácil refutarla.
-Non
sequitur: extraer una conclusión que «no se sigue», que no es
una inferencia razonable de una prueba.
-Petición
de principio —petitio principii—: usar de un
modo implícito la conclusión como una premisa:
Dios existe porque así lo dice la Biblia, lo que sé
que es verdad porque, después de todo, Dios la escribió.
Para
escribir este argumento en la forma de premisa y conclusión, debería escribir:
La Biblia es verdad,
porque Dios la escribió.
La Biblia dice que Dios
existe.
Por lo tanto, Dios existe.
Para
defender la afirmación de que la Biblia es verdad, el argumentador afirma que
Dios la escribió. Pero obviamente, si Dios escribió la Biblia, Él existe.
Luego, el argumento asume precisamente aquello que está tratando de
probar.
-Pista
falsa: introducir una cuestión irrelevante o secundaria y,
de ese modo, desviar la atención de la cuestión principal. Usualmente, la pista
falsa hace referencia a una cuestión acerca de la cual las personas tienen
opiniones contundentes, para que nadie advierta como se está desviando la
atención. En una discusión sobre la seguridad, relativa a las diferentes
marcas de automóviles, por ejemplo, la cuestión de qué coches son fabricados en
el país y cuáles son importados, es una pista falsa.
-Post
hoc, ergo propter hoc (literalmente: «después de esto,
por lo tanto, debido a esto»): asumir la causalidad demasiado pronto sobre la
base de la mera sucesión en el tiempo.
-Preguntas
complejas: exponer una pregunta o una cuestión de
tal manera que una persona no pueda acordar o discrepar con usted sin
obligarse con alguna otra afirmación que usted quiere promocionar. Un ejemplo
simple: «¿Es usted aun tan egocéntrico como solía ser?» Tanto si la respuesta
es «sí» o es «no», se
obliga a aceptar que usted solía ser egocéntrico. Un ejemplo más sutil:
«¿Seguirá a su conciencia, en vez de a su cartera, y hará una donación para la
causa?» Con ello se logra que cualquiera que diga «no», a pesar de sus
verdaderas razones para no realizar el donativo, se sienta innoble. Cualquiera
que diga «sí», a pesar de sus verdaderas razones para realizar el donativo, se
siente noble. Si usted quiere un donativo, pida simplemente un donativo.
-Provincianismo:
error
por universalizar un hecho local. He oído argumentar muy seriamente, por ejemplo,
que comer tres comidas diarias es un comportamiento humano universal.
-Suprimir
prueba: presentar sólo una parte de un conjunto de
datos que apoyen su afirmación, ocultando las partes que la contradicen.
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